El segundo día de la Semana de la Moda de París concluyó con la presentación de la colección couture otoño/invierno de Chanel.
A diferencia de los recordados atuendos blanquinegros de la temporada primavera/verano, el color irrumpió en el Grand Palais, donde Karl Lagerfeld supo lucir su creatividad e ingenio. El escenario se vistió de gigantescas botellas de Chanel Nº 5, a partir de las cuales las modelos emergían como glamorosas esencias.
El diseñador escogió jugar con las proporciones, presentado faldas con paneles de diferente largo en el frente o los costados y entramados vestidos cortos con cola.
Delicados trajes plateados, rojos, azules y negros se lucieron con guantes y medias bordadas. Un redingote acompañado de una camisa con escote de plumas y un colorido vestido floreado con miriñaque fueron algunas de las piezas más originales de la colección.
Como ya se observó en la presentación de Christian Lacroix, la crisis económica pareciera acercar a las grandes casas de moda a una estética de lo usable. La belleza de los vestidos de fiesta, con diversos bordados, brillantes y volantes, suponen un protagonismo en la alfombra roja ansiado por el público fiel a la maestría de Lagerfeld.