La verdad es que el estilo de Marc Jacobs, a pesar de ser un tanto peculiar siempre me ha gustado. Porque eso de que se atreva con las faldas, rompiendo ese tabú que durante tantos años ha marcado las diferencias entre hombres y mujeres, le da muchos puntos a su favor. Y sus diseños, el que más o el que menos, también tenían su punto. A mí me gustaban.
Pero hoy me ha dejado, como dicen en mi tierra, con las patas colgando. Porque cuando he visto el modelito que se ha puesto para la Gala del Met de este año… ¡Ay Marc, cómo se te ocurre!
Vamos a ver, que el modelo no estaba mal. Que las transparencias se llevan, y si no que se lo digan a Beyoncé o a Marion Cotillard, que llevaban unos vestidos espectaculares. Y del negro qué vamos a hablar, si es el color más elegante para un acto de noche.
Pero Marc de mi vida, con transparencias hay que seleccionar muy bien la ropa interior. Y esos calzoncillos modelo «abuelo», como que han desentonado un poco. El look era muy suyo, no podemos negarlo, porque los complementos son los habituales a los que nos tiene acostumbrados, con un elegante bolso de mano. Pero… ¿y esas piernas?
Entre que la hebilla, digna de Louis XIV, llena de brillos, y esos calcetines subidos hasta media pierna… la verdad es que no sabemos para donde mirar, si a los pies, a la mitad del cuerpo o simplemente a la cara.
En resumen, que con una ropa interior más discretita y unos zapatos menos cantosos tal vez hubiera sido una de las estrellas de la noche, pero entonces, no sería Marc Jacobs en estado puro… ¿o sí?