Piel seca y piel deshidratada: ¿son lo mismo?

Existen diferentes tipos de piel, y en muchos casos, puede dar a confusión, sobre todo cuando hay que diferenciar entre la piel deshidratada y la piel seca. La primera de ellas es una piel falta en agua, mientras que el segundo caso la piel no cuenta con la grasa suficiente. Puede llegar a parecer cosas similares, pero no es así, al igual que no tienen los mismos síntomas y soluciones a la hora de tratarlas.

Si tu piel está deshidratada, es probable que presente una falta de hidratación debido a diversas razones, como la edad y una producción más lenta de lípidos intercelulares. Esto puede resultar en una función de barrera débil, lo que conduce a la deshidratación. Varios factores del estilo de vida pueden contribuir a esto, como el consumo de alcohol, la exposición prolongada a climas secos, al sol y al calor, así como el uso de calefacción o aire acondicionado y productos cosméticos que pueden resecar la piel en exceso. Estos factores pueden manifestarse en un aspecto apagado y sin vida, falta de luminosidad, una tonalidad cenicienta, ojeras oscuras y un aspecto fatigado. Esto fue señalado por Esperanza Sáenz, responsable de imagen de Nezeni Cosmetics.

La piel seca en cambio, carece de contenido graso, mostrando un exterior tirante y áspero, más probable en personas mayores que jóvenes y con causas parecidas a la deshidratada, añadiendo el uso indiscriminado de antihistamínicos para las alergias y de nuevo, usar cosméticos que resequen como jabones en pastilla, limpiadores muy espumosos o retinoides recetados: “Un cutis seco se ve escamoso debido a la falta de grasa, y a menudo con picor y erupciones que pueden provocar psoriasis, eccemas o dermatitis. Menos graves son las líneas finas o grietas, el enrojecimiento y la descamación”.

Para tratar la piel seca, Esperanza Sáenz recomienda cosméticos con base de aceite y aquellos que contengan ceramidas, evitando limpiadores agresivos que despojen la dermis de su propio aceite natural: “Pueden ayudar también los suplementos ricos en ácidos grasos Omega-3 y una exfoliación frecuente que evite la acumulación de células escamosas”.

Hidratación con ácido hialurónico

Este tratamiento infiltrado se aplica mediante una suave mesoterapia y se realiza en cabina, por ejemplo en la madrileña Clínica Vieco: “Está indicado para todo tipo de pieles y edades ya que los objetivos son una hidratación profunda, máxima luminosidad y tersura y también, aspecto de piel jugosa. Sin efectos secundarios, es indoloro y proporciona un resultado inmediato y progresivo. Se aplica en 20 minutos y es el doctor quién indica el número de sesiones necesarias, siendo lo habitual entre 2-3 al año para mantener el efecto visible de manera permanente” – nos cuenta Marta Pizarro, su directora. El precio por sesión es de170€.

Elige bien tu crema hidratante…

Las cremas hidratantes se componen de humectantes y emolientes. Los primeros atraen el agua a la piel y los segundos, la retienen. Todas ellas contienen una mezcla de ambos aunque varíe el porcentaje: “Si tienes la tez grasa o mixta, es probable que produzcas suficiente grasa, que es un emoliente natural. Por lo tanto, deberías optar por una crema más ligera que contenga más humectantes y menos emolientes. Por el contrario, si no produces grasa, entonces necesitas una crema más rica y con más emolientes, que actuarán como un sello y protegerán la piel de la pérdida de agua” –  recomienda Esperanza Sáenz.

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