Cuando se habla de acné, este se asocia a lo adolescentes, pero existe la variante acné tardío que puede aparecer entre los 30-45 años sin darnos cuenta. Esto puede suponer una situación de estrés en las mujeres, que no saben como tratar su piel para controlar esos primero signos de envejecimiento. El problema aquí es que los tratamientos que se aplican en el acné juvenil, no funcionan con el acné tardío, ya que resecan la piel en exceso. Los productos de cuidado antiedad para pieles maduras pueden aumentar las impurezas y los brillos en la piel de quienes se ven afectadas por este acné tardío.
Pero para hacer frente a esta situación, es importante saber en qué consiste el acné, una enfermedad inflamatoria de la piel que es causada por una infección bacteriana que ocurre en los folículos pilosebáceos. Es aquí donde se van acumulando sebum, y al mismo tiempo, hay una obstrucción del folículo por las células muertas que impiden la salida de la grasa. De esta forma se forma la situación perfecta para la proliferación de los microorganismos.
Los tips para tratar el acné tardío
“En primer lugar, evita los cosméticos muy grasos y maquillajes que no dejen respirar tu piel. Tampoco busques únicamente aquellos con acción equilibrante pues la piel también necesita hidratación, ni intentes explotar los granitos, sólo conseguirás extender la lesión y que aparezcan marcas o cicatrices”. Aunque el sol ayuda a secar estas lesiones y las mejora,hay que tomarlo siempre con protección oily free, sin por supuesto abandonar el cuidado diario, ya que las lesiones aparecerán con más intensidad después.
¿Qué lo provoca?
Los principales factores que provocan el acné tardío son la actividad hormonal (menstruación), el estrés, ciertos fármacos, cosméticos y maquillajes no adecuados o bien factores hereditarios.
Desde Nezeni Cosmetics quieren hacer hincapié en la paciencia y constancia que se requiere para llevar el tratamiento, debiéndonos fijar nuestro objetivo a medio-largo plazo. Es muy importante abordar el cuidado de la piel con diferentes técnicas para conseguir los mejores resultados: “Primero hay que realizar una minuciosa limpieza de la piel con productos que además de limpiar y retirar las impurezas de nuestra piel, ayuden a hidratar y calmar, por ejemplo un gel limpiador y un tónico. Además, regularmente se debe realizar algún tratamiento facial para evitar que el acúmulo de las células muertas bloquee los folículos pilosos, ya que pueden obstruir la salida del sebum y favorecen la aparición de nuevas inflamaciones”.
Entre los ingredientes naturales que debemos buscar en nuestros cosméticos de uso diario están por ejemplo el té verde, la raíz de regaliz o el bakuchiol, un complejo vegetal de origen oriental que tiene acción astringente, antiinflamatoria y antibacteriana: “También recomendamos los preparados a base de liposomas, que además de equilibrar nos ayudan con la flacidez, las arrugas y los poros dilatados”.