Consejos para cuidar nuestra piel durante los meses de invierno

Con el mal tiempo, y los cambios bruscos de temperatura, nuestra piel sufre mucho. Aunque es recomendable cuidarla durante todo el año, es en los meses de invierno cuando más importante es este proceso si queremos disfrutar de una piel más brillante. El frío provoca que la piel se seque más, se produzcan descamaciones puntuales o aparezcan rojeces en la piel. Pero no solo afecta el frío, sino también el viento o la calefacción, debido a los cambios bruscos de temperaturas. Para evitar que la piel sufra, desde el laboratorio Quinton han publicad una serie de consejos que son clave para disfrutar de una piel perfecta.

Más hidratado que nunca

Conviene esmerar más que nunca el cuidado de la piel evitando productos agresivos para las manos, (parte del cuerpo, junto a la cara, más expuesta en invierno) o lavándolas en exceso. Por ello, se recomienda evitar el uso desmedido de geles y de otras soluciones no testadas dermatológicamente, y optar por productos especialmente concebidos para ese cuidado extra que necesitan nuestras zonas más sensibles, como pies, manos o cara.

En palabras de Guillermo Gosálbez , Adjunto de la Dirección Médica en Laboratorios Quinton, ‘’ya contamos con testimonios de hospitales de la geografía española en los que se ha utilizado  el spray dermo de Quinton, con objetivo de reducir o paliar las afecciones cutáneas. Estos testimonios hablan de resultados muy satisfactorios en unidades de quemados de hospitales, y en unidades de enfermería’’.

Mejorar las defensas

Beber mucho líquido, a ser posible agua, es otro de los grandes consejos. Además, en relación con el agua de mar , una ingesta de agua acorde con las necesidades individuales e introducir pequeños volúmenes agua marina isotónica microfiltrada en frío es otra recomendación a anotar de cara a los meses climatológicamente más duros. El agua de mar restablece la homeostasis del medio interno, produciendo un efecto modulador de los biomarcadores del sistema inmunitario, pero también favorece la producción de ácido clorhídrico en el estómago, ayudando a mejorar la función digestiva. Además, debido a su alto contenido en magnesio en su estado hipertónico, favorece la regulación de la función muscular y un metabolismo energético ‘normal’, reduciendo el cansancio y la fatiga, circunstancias comunes en los meses de invierno, en los que los días son más cortos y hay menos luz solar.

Cuidado con el ‘sol de invierno’

Muchas personas desconocen los efectos del sol en nuestra piel en invierno. Una dieta que aporte antioxidantes y una hidratación adecuada podrían ayudar a minimizar los efectos de la radiación ultravioleta que produce el ‘efecto acumulativo’ de sus rayos en nuestra piel, incluso en los meses de frío. Además, gracias al uso de cremas protectoras de factor 50, especialmente si practicamos actividades al aire libre como el esquí o el montañismo, estaremos previniendo el fotoenvejecimiento o dolencias cutáneas más graves como el melanoma o cáncer de piel.

Otros consejos ‘exprés’

Evitar las duchas con agua excesivamente caliente o bien muy fría es otra de las consideraciones a tener en cuenta; por tanto, lo más adecuado es optar por agua tibia para nuestro lavado corporal. Además, hidratar nuestros labios y protegerlos de la luz ultravioleta es otro de los consejos que conviene apuntar, ya que nuestra cara está especialmente expuesta a las inclemencias meteorológicas en estos meses. Asimismo, se recomienda el uso de gafas de sol cuando estemos al aire libre, especialmente en zonas de nieve ya que la esta refleja hasta un 80% de la radiación solar.

Cuidar la alimentación aumentando los niveles de vitaminas A y C y mantener un consumo adecuado de agua, de baja o de muy baja mineralización” puede prevenir que desarrollemos irregularidades en la piel a causa de los cambios de temperatura. En cuanto a alimentos concretos, los frutos secos resultan ideales para combatir el frío, debido a su aporte calórico, también conocido como ‘grasas buenas o saludables’. Además, estos alimentos aportan ácidos grasos omega 3, vitaminas y minerales. Otros alimentos antioxidantes que ayudan, en específico, al cuidado de nuestra piel son las verduras de hoja verde, la papaya y el mango, el aguacate, el aceite de oliva, la zanahoria o los cereales. Finalmente, evitar el alcohol y el tabaco será fundamental para lucir una piel saludable por fuera y por dentro.

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