Siempre se ha dicho que el sol es beneficioso para la salud, pero siempre que se tome en su justa medida y empleando mecanismos para proteger nuestra piel. Es sol es la principal fuente de vitamina D, esencial para los huesos y los dientes. Además, nos ayuda a mejorar el aspecto de nuestra piel, estimular las defensas y controlar el colesterol.
Aunque son muchos sus beneficios, las radiaciones ultravioletas que emite el sol puede afectar negativamente a nuestro organismo. Esta radiación ayuda a un envejecimiento prematuro de la piel, además de ayudar en la aparición de arrugas y quemaduras. Todo esto podría derivar en tumores en los individuos de edad adulta o incluso cáncer de piel.
Debido a la pandemia del coronavirus en nuestro país, este verano del 2020 será muy diferente a los anteriores. Según un estudio realizado por la revista femenina Estarguapas, el hecho de haber estado confinados aumenta la posibilidad de sufrir quemaduras en la piel, por lo que este año habrá que extremar las precauciones en este sentido.
En años anteriores y en circunstancias normales, en los meses previos al verano la piel se va a adecuando de forma gradual a la exposición del sol a medida que se va llevando menos ropa por el cambio de estación.
Desde que llegó la “nueva normalidad”, las personas han pasado directamente de estar en casa a estar en la playa sin que la piel haya experimentado ninguna foto-adaptación y por lo que el riesgo es exponencialmente mayor.
¿Qué precauciones hay que tomar este verano post-COVID19?
Los dermatólogos, por norma general y en años anteriores, han señalado principalmente dos medidas preventivas que este año también habrá que tener en cuenta pero de forma más rigurosa: evitar tomar el sol en las horas centrales del día, de 12:00 a 16:00 horas y aplicar la protección solar adecuada para la piel de cada individuo.
Como medida extraordinaria, también será beneficioso incluir prendas textiles en las partes más sensibles del cuerpo a la radiación solar como la espalda. Los sombreros que cubren las orejas y el cuello también son muy recomendables dado que son las partes del cuerpo donde se asienta el cáncer de piel. Por su parte, las gafas de sol deberán estar homologadas frente a los rayos ultravioleta.
La crema solar deberá tener una protección superior a 30 y no se deberá aplicar en la zona facial que irá cubierta por la mascarilla. Esto se debe a que la mezcla de la crema solar con el sudor que genera la mascarilla puede generar patologías o incrementar el acné.
Los geles hidroalcohólicos no son recomendables porque pueden dañar la piel. Estos geles que tanto han favorecido en medidas de desinfección agreden a la dermis eliminando su capa grasa natural. Como sustitutivo se recomienda la crema hidratante, especialmente en las manos.