Lo reconozco, hay una costumbre que tienen nuestras famosas y famosos que me pone negra, y es esa de no entender por qué la gente quiere saber más de ellos. No intento defender el cotilleo ni la prensa del corazón ni mucho menos. Me refiero a la apariencia.
Cuando una persona viste bien y tenemos confianza con ella no tenemos problema en decirle lo bien que le sienta la ropa que lleva o preguntarle dónde ha comprado ese bolso. Sin embargo cuando se le pregunta a un personaje público parece que fuera una falta de educación.
Es curioso y es que esas mismas personas que se niegan o que te miran con mala cara cuando un periodista le pregunta algo referente a su estilo, son los primeros en pedir una alta cantidad de dinero por vender una exclusiva. Una exclusiva en la cual le da igual de hablar con quién se ha acostado, pero eso si, de la ropa que llevo ni hablemos.
Cuando nos cortamos el pelo nos gusta que los demás se fijen, sin embargo, cuando se someten a un tratamiento quirúrgico parece que les da miedo hablar de ellos. Mi pregunta es…¿por qué te haces algo que se va a notar y luego cuando te hablan de ello lo niegas? Y si Renée alias Bridget Jones, esa pregunta va por ti.
Vivimos en una sociedad que espera que alarguemos nuestra juventud lo máximo posible, pero cuando lo hacemos nos tacha de falsos por ello. No sé, es algo que realmente me desconcierta. La hipocresía y la doble moralidad con la que convivimos es algo que nos parece cada vez más normal pero no debería ser así. Los primeros en defender los tratamientos rejuvenecedores son los primeros en criticar a alguien cuando los usas.
Todo es relativo, pero hay que saber tener algo de principios ¿No crees?