Las dietas más peligrosas para perder peso (I)

A veces, el deseo de perder peso rápidamente puede llevarnos a practicar dietas extremadamente peligrosas, haciéndonos librar de unos cuantos kilos de más, pero a costa de nuestra propia salud. ¿Sabes cuales son las dietas más peligrosas de todos los tiempos?, aquí va un listado de las más peligrosas.

La dieta de las proteínas:

Atkins y la dieta Hollywood impusieron la moda por una dieta basada exclusivamente en proteínas. Los que promueven esta dieta afirman que son los hidratos de carbono los que engordan, por lo tanto, incitan a consumir menos hidratos, o incluso suprimirlos completamente, es decir, hay que decir adiós a las pastas, bajar al mínimo el consumo de hortalizas, frutas, carnes y embutidos. La dieta promete una rápida baja de peso.

El gran problema de esta dieta es que quienes la practican se sienten malhumorados, con fatiga y náuseas, lo que termina produciendo trastornos metabólicos. El cuerpo en esas condiciones de fatiga comienza a producir cetonas y amoníaco, componentes que van liberando las grasas para tratar de sustituir la energía que producían los hidratos de carbono, lo cual termina sobrecargando el corazón, el hígado y los vasos sanguíneos, además de dañar el sistema reproductor. Otra cosa, que si tu cerebro no recibe suficientes hidratos, te costará pensar bien.

Las mono dietas:

Las mono dietas prometen una caída de 3 a 10 kilos en una semana. La dieta consiste en elegir un solo alimento el cual hay que consumirlo durante una semana. Las más comunes incluyen tomates, pomelo y sandía, suprimiendo completamente las especias, la sal y el azúcar.

Las bajas en grasa:

Las dietas con un bajo contenido de grasas a menudo son clasificadas como dietas extremas. La persona que las sigue debe suprimir por completo los alimentos como la palta, las nueces, algunos pescados y la mantequilla.

Lo malo de esta dieta es que cuando el nivel de grasa baja del 19%, el nivel de colesterol bueno de la sangre, que protege al corazón y los vasos sanguíneos de la aterosclerosis, disminuye, llevando a déficit de grasas esenciales que pueden provocar hasta infertilidad, sin contar con los trastornos urogenitales. Por otra parte, los aminoácidos ayudan a absorber las vitaminas A, D, E y K, que ayudan al organismo a descomponer las grasas. Si los alimentos que consumimos carecen de grasa, el hígado no será capaz de digerir la grasa acumulada.

Fotos: flickr

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