París es uno de los escenarios más prolíficos y creativos de la industria de la moda. En esta oportunidad, la monumental capital fue el escenario prêt-à-porter de legendarias firmas, como Balenciaga.
Con una colección de tintes románticos, algo alejada del universo de ciencia ficción propuesto para su colección de primavera/verano 2009, Nicolas Ghesquiere presentó un show inspirado en la década del 40.
Los colores utilizados fueron predominantemente pastel: rosa, lila, celeste, crema y amarillo pálido. Sin embargo, los obligados atuendos negros también se hicieron presentes.
La colección de otoño / invierno se caracterizó por una estructura ligera, con amplias faldas egipcias de satén y camisas abiertas de seda con tops de lentejuelas.
La ligereza de la línea se expresó también en pantalones harem, combinados con chaquetas que presentaban diversos pliegues en satén azul, blanco, marrón y negro.
También se exhibieron delicados vestidos con coloridos estampados y transparencias, siguiendo la tendencia de la temporada.
Los atuendos se complementaron con medias de lunares, altas plataformas y brazaletes dorados y plateados.
El desfile de Ghesquiere, al introducir una suavidad en las líneas algo desatendida para la temporada invernal, ha abandonado sus esculpidas estructuras que tanto nos agrandan y que esperamos estén de vuelta. Pronto.