Un accidentado comienzo para el quinto día de la Semana de la Moda de París, con una espera de 20 minutos bajo la lluvia para la presentación de la colección otoño / invierno de Karl Lagerfeld.
Una paleta de colores oscuros tiñó la pasarela parisina, comenzando por vestidos de estrechos cinturones acompañados de capuchas de piel.
Se observó la acostumbrada exquisita sastrería de Lagerfeld, en trajes abotonados al frente, al dorso y en ambos costados.
Una estética futurista cubrió las chaquetas con sobresalientes hombreras que hacían juego con cascos de piel con un interior de cuero rojo. Largos abrigos en color gris y rojo oscuro persiguieron el dramatismo de la colección.
Vestidos detalladamente trabajados, con tul plisado o brocados que recorrían la figura femenina desde el busto hasta las caderas, se complementaron con grandes joyas, altas plataformas de charol y guantes largos.
El lujo característico de las colecciones de Karl Lagerfeld se tradujo en transparentes blusas de seda, chalecos de piel y ceñidas faldas brillantes acompañados de un intenso maquillaje que llamaba a la seducción.
Delicadas terminaciones y una minuciosa sastrería, acaso las marcas registradas del diseñador, se hicieron presentes en una colección que, sin embargo, no logró deslumbrar a la audiencia.
