Creo que todas estamos de acuerdo en que el estrés no ayuda a una buena apariencia. El problema de la apariencia, desde el punto de vista científico, lo explicaremos de manera sencilla y daremos la fórmula para curar el problema de raíz. Usen las siguientes estrategias para combatir los primeros síntomas de estrés en la piel.
Sequedad: El estrés crónico aumenta la hormona cortisol, que daña la piel y su capacidad de mantenerse hidratada, perdiendo su luminosidad. La solución es buscar productos sin perfume y hipoalegénicos, ya que un PH bajo evita agravar los síntomas. Lávense la cara con agua tibia y apliquen la crema humectante cuando la piel está todavía húmeda.
Líneas finas: El cortisol eleva el azúcar en la sangre, lo que a través del proceso llamado glicosilación, daña el colágeno y la elastina, además de las fibras de proteína de la piel gruesa. La tensión muscular constante conduce a las arrugas permanentes.
La solución es usar cremas con retinol y antioxidantes que fomenten la producción de colágeno para una piel firme. Para una solución inmediata, el Botox suaviza las líneas, durando unos 4 meses.
Rojez: El aumento de flujo sanguíneo que ocurre cuando estás bajo presión puede hacer que los capilares se expandan. El estrés provoca enrojecimiento, llamado también rosácea. Como el estrés debilita el sistema inmune, los brotes pueden durar más tiempo.
La solución es usar cremas tópicas con antiinflamatorios como la alantoína y el extracto de raíz de regaliz. Los tratamientos láser pueden borrar las manchas rojas.
Acné: El estrés puede llevar a brotes de acné debido a la inflamación de la piel. La solución es utilizar una solución con ácido salicílico o peróxido de benzoilo, que revientan las bacterias, complementado con un hidratante no comedogénico para no resecar tanto la piel.
Ojos cansados: La ansiedad produce una reacción en cadena que lleva a noches sin dormir, ojos cansados y hinchados. La solución es aplicar rebanadas de pepino como bolsas de hielo frías que ayudan a contraer los vasos sanguíneos y linfáticos que llevan el líquido a la zona. Duerman con la cabeza el alto para que el líquido fluya.
Vía