Últimamente hemos visto cómo algunas famosas se pasean exhibiendo sus cuerpos anoréxicos luego de pasar por algunas crisis amorosas o problemas adictivos creyendo que se ven de lo mejor cuando en realidad su realidad deja mucho que desear. Por citarles un caso, ahí está Lindsay Lohan, que apenas terminó con su novia, comenzó a bajar y bajar de peso de modo evidente.
Hace poco ví la muestra fotográfica de Ivonne Thein, titulada “Treinta y dos kilos”, la cual retrata el patológico estado anoréxico en hombres y mujeres que han llegado al extremo de la delgadez. La exposición se apoya en un fenómeno que nace por los años 90 a través de un movimiento que surge en Estados Unidos movilizando por internet denominado “Pro Ana”, el cual habla de la anorexia como un estilo de vida positivo para las mujeres jóvenes.
Internet se ha convertido en un arma que promueve fenómenos que construyen y otros que destruyen la vida, como este de la anorexia, y eso sin contar con otros tantos más que se definen como grupos de autoayuda y lo único que hacen es alentar a personas enfermas entre sí.
Cultivar ideas enfermizas en mentes débiles y que ya padecen un severo grado de desnutrición no es algo tan difícil, considerando que la anorexia proviene de desordenes emocionales agudos.
La moda anoréxica es la decadencia de la belleza y la hermosura, la antítesis de un estilo de vida sano y feliz. Esperemos que este fatal fenómeno pare y las que aún están con su sano juicio reflexionen acerca del peligro al que se enfrentan, ya que no sólo es la extrema delgadez el problema, sino un sinfín de fallas multiorgánicas que se van produciendo por la falta de alimentos a la que se somete al organismo.
Fotos: Ivonnethein