A pesar de que el 13 de junio es el día Europeo de la Prevención del Cáncer de Piel,
no deberíamos olvidar las recomendaciones y consejos de los expertos durante el resto del año. Y es que, aunque muchos y muchas intenten mirar hacia otro lado, los efectos del sol en la piel no son una leyenda. Son reales, y en muchas ocasiones, nocivos. Por eso, os damos unas recomendaciones al respecto para llevar a cabo durante este verano 2016.
La piel tiene memoria. Y aunque nos lo hayan recordado mil veces, parece que, todavía,
no lo tenemos del todo interiorizado. Hablando claro, la memoria cutánea son los efectos del sol en la piel, esos daños que se acumulan en nuestra dermis a lo largo de nuestra
vida y que, con el tiempo, pueden desembocar en lesiones leves, como la aparición de
arrugas, hasta algunas más graves, como el desarrollo de un melanoma o cáncer de piel.
Aunque muchos pensamos que los efectos del sol en la piel solo vienen dados por el sol y los rayos ultravioleta, lo cierto es que también envejece y se daña por otras causas más comunes y presentes en la vida diaria de cualquiera, como la exposición a la contaminación y los agentes oxidantes de la ciudad.

Foto-envejecimiento de la piel
De las múltiples reacciones que tiene nuestro rostro ante los efectos del sol en la piel, una
de los más comunes es el envejecimiento de la piel o foto-envejecimiento. Para quien
no lo sepa, el famoso colágeno es el tejido de sostén de la piel, es decir, el que la mantiene tersa y firme. ¿El problema? Que éste se rompe por la radiación UV-B. ¿Resultado? Con el sol, se pierde colágeno y, por tanto, se generan las arrugas y acentuación de las llamadas líneas de expresión. ¿Qué recomendaciones hacen los expertos? Recurrir a los beneficios que nos aportan sustancias naturales como el Aloe Vera, el Castaño de Indias o la caléndula que han demostrado acelerar la regeneración cutánea, la formación de nuevo colágeno, la mejora de la hidratación y protección frente a la oxidación y otros agentes externos.
¿Los culpables? Los rayos UV
Los efectos del sol en la piel se deben a dos principales causantes: los rayos UVA y los rayos UVB. Seguro que alguna vez te has preguntado en qué se diferencian, ¿verdad? Pues te lo vamos a explicar de una manera muy sencilla. La radiación UVB (B de «bronceado») es la que nos pone morenitas, es decir, la que estimula el bronceado en particular pero, cuidado porque también es la causa principal de las quemaduras solares.
Y por otro lado, la radiación UVA (A de alergias solares y arrugas), es más peligrosa porque no causa dolor y, aunque no la notemos, penetra más profundamente en la piel. Es la que acelera el envejecimiento de la piel y puede provocar la intolerancia al sol, conocida normalmente como alergia solar y formación de manchas.
Los efectos del sol en la piel como nunca antes los habíamos visto
Si no lo veo, no lo creo. Quizá sea ese el problema… Ya no hay excusas, ahora podemos verlo y como nunca lo habíamos visto. Con luz ultravioleta, con cámaras especiales y con resultados reales. Esto es lo que pasa cuando la piel se expone al sol. Como curiosidad te recomendamos echar un vistazo al minuto 1′ 16». Para que veas que en realidad nacemos con una piel sana y somos nosotros la que la estropeamos.
Consejos para protegerse de los efectos del sol en la piel
- Aplica protección solar antes de salir de casa (o busca un maquillaje con spf como estas 5 bb creams con protección solar).
- Aplica el protector 20 o 30 minutos antes de exponerte al sol.
- Usa sombreros para evitar que el sol de directamente sobre el rostro.
- Si vas a la playa o a la piscina, opta por protectores resistentes al agua (no porque seas como los niños y vayas a mojarte minutos después de echarte la crema, sino porque el propio sudor de cuando estás tomando el sol puede eliminar la crema y dejar la piel expuesta).
- Evita las horas centrales del día.
- Después de tomar el sol y después de la ducha, aplica siempre after sun para ayudar a la piel a regenerarse y ponerse más rápidamente morena.
¿Cada cuánto tiempo hay que reaplicar la crema solar?
Llevamos haciéndolo mal toda la vida, probablemente. ¿Por qué? porque el número de protección solar (15, 20, 50+…) no tiene nada que ver con el grado de protección sino con el tiempo de protección que ofrece esa crema. Vamos, que eso de «no te eches crema del 50 que si no no te pones morena» es un mito enorme. Y ahora que sabemos esto… ¿Cada cuánto hay que echarse la crema?
La fórmula matemática
Para averiguar durante cuánto tiempo protegerá la crema solar, se debe multiplicar el tiempo de protección natural de la piel por el factor del protector solar. Es decir, yo, por ejemplo, que tengo una piel blanco nuclear, soy del tipo 1 y mi piel puede protegerse sin protección (de manera natural) durante unos 10 minutos. Así que, si aplico un solar de factor 15 mi piel estaría protegida durante 150 minutos. En cambio, si eres morena por naturaleza, tendrás que multiplicar el solar por 30 (el máximo tiempo de protección que tiene la piel sin ningún protector solar).
Así que, recuerda. Piel sólo hay una y hay que cuidarla. Su aspecto es el fiel reflejo
de su estado de salud. Por eso, la protección contra los agentes externos y el correcto
cuidado son esenciales para su mantenimiento. Y no solo por estética, porque al fin y al
cabo, todas y todos acabaremos con alguna que otra arruga, sino porque mantenga su
buena condición y funcionalidad. No olvidemos que la piel es un tejido que desempeña
funciones fundamentales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. ¿Nuestra
recomendación? Una alimentación equilibrada, mucha hidratación, protección solar antes de la exposición y, ante cualquier duda, el asesoramiento de un experto. Esos deben ser los tres pilares que sostengan la salud de nuestra dermis, pues solo así daremos pasos seguros para que su gran retentiva no nos pase factura.
¿Todavía no conoces los nuevos formatos de las mejores cremas solares 2016? Échales un vistazo, seguro que la brocha con polvo solar no te la esperabas. Y si quieres acelerar el bronceado, mira estos trucos caseros para ponerte morena ¡y mantener el bronceado!