Felipe Oliveira se adentro de lleno en la dinámica fría del invierno para una colección sobria y fundamentalmente oscura con un cierto aire siniestro.
Destacó en París tanto por la pureza de la idea fundamental que armaba el desfile como por las líneas y cortes de sus modelos.
Por la pasarela vimos desfilar negro en todas sus versiones, de hecho si por algo se caracterizó este desfile fue por la imposición absoluta del Total Black.
Solo en algunos modelos vimos alguna pincelada de color verde, rojo, gris o azul eléctrico que rompía la dictadura del negro dándole si cabe aún más protagonismo.
Abrigos de corte militar con cuellos altos y armados, blazers sin mangas sobre túnicas de seda combinadas con pantalones de pitillo, mucho vestido corto con medias negras de cristal que anuncian el declive de los pantyes tupidos.
Pañuelos a la cabeza a modo de turbante se hacen eco de las culturas orientales, eso si combinados con escotes de vertigo y minfaldas. Mucho Jersey over size combinado con faldas y vestidos de gasa.
El diseñador ha sabido encontrar como pocos el punto de belleza en el contraste entre la tez blanca al más puro estilo nórdico y el look total black. Parece que también por fin llegamos al final de esa moda horrible de estar artificialmente bronceados en invierno.
Os dejo las fotos:
Fotos: Elle