Abriendo cualquier periódico uno se da cuenta que todavía no hay muy buenos signos con la contracción económica mundial. Al igual como pasó en los años 80 y 90, la actual crisis ha afectado ya a varias marcas reconocidas y prestigiosas alrededor del mundo, pero ¿qué pasa con las fashionistas?,¿deberán las mejores marcas bajar sus precios para llevar a los consumidores de clase media o mantener sus precios asegurándose con los de alto poder adquisitivo?.
Con todas estas interrogantes en el tapete, pienso que la moda se debe encauzar hacia la imitación del lujo, un lujo de buena calidad que abarate los costos de elaboración de las colecciones. Las marcas debieran dividir una parte de sus colecciones para redirigirlas hacia dos grandes segmentos, uno el de la clase media y otro a los de más alto poder adquisitivo.
Al primer grupo debiera ofrecérseles colecciones de calidad prescindiendo de la exclusividad entendida como un escaso número de prendas, es decir, las casas de moda debieran elaborar una gran cantidad de modelos exclusivos para comercializar solamente a través de sus tiendas, de ese modo se baja costos de manera importante y se ofrece una excelente relación calidad-precio.
En cuanto al segmento número dos, el de alto poder adquisitivo, creo que considerando su alta rentabilidad aunque exista una baja rotación, hay que ofrecerles prendas únicas y aun mas diferenciadas de lo que se ofrece en la sección del segmento uno. La diferencia debe radicar en el diseño, los colores, las combinaciones, la calidad de los materiales y ciertos accesorios.
Lo que menos se debe hacer en un panorama de crisis, es bajar la calidad de lo ofrecido a los clientes. En eso creo que estamos todos de acuerdo. Lamentablemente muchas casas de moda, como Chanel, ya han tenido que despedir a una cuantiosa cantidad de personal enlenteciendo el ritmo productivo debido a la baja de las ventas. Todo esto sucede por no haber tomado la estrategia correcta en el momento oportuno.
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