Los leggins son una prenda que sobrevivirá por los siglos de los siglos, porque es la que mejor se ajusta a todo tipo de cuerpo, la que más viste sin apretar, marcar ni dejar partes sin cubrir y son de lo más versátil y atractivo que hay para darle un toque juvenil a cualquier armario.
Los leggins tienen la ventaja que se pueden usar bajo las faldas cortas o largas, debajo de pantalones si es que hace mucho frío y también se pueden llevar solos. Cuando están confeccionados en telas brillantes o encajes, añaden a las piernas lo que sólo una delicada pantimedia podía lograr antes, sin dar ese efecto de andar desnuda, como sería al llevar solamente una pantimedia.
El año pasado los leggins fueron la pieza clave del armario, este año volverán con fuerza y creo que así será sucesivamente, ya que al igual que los pantalones pitillo y los de corte recto, son un clásico del cual no debemos prescindir.
En cuanto a telas, la mayoría son de telas elasticadas que se ajustan a la perfección al cuerpo, aunque hay algunos que están hechos de telas más duras, pero no se deforman, y esa es la gracia de este tipo de pantalón, que quede como un guante, sin arrugas, pliegues ni bolsas.
Fotos: nymag