La primera impresión que da mirar la colección de Louis Vuitton es de confusión, porque por una parte en medio del show había gente gritando porque no podía entrar ya que cerraron la puerta a los impuntuales, y por otro, un desfile de pelucas afro, miradas de mujer cavernícola y tendencias folk.
Jacobs resumió esto que vio más tarde como una tendencia que refleja a los viajeros, al movimiento que se produjo después del punk. Pero lo único claro es que esto mas parecía una mezcla de Jackson Five transpirados luego de una agotadora sesión de senderismo o quizás hurgando en la basura de la ciudad.
La tendencia no está definida por ninguna parte, porque si observan, los conjuntos militares metálicos, las capas brillantes, los pantalones de ciclista de brocado, las faldas plisadas con cinturones, chaquetas con bolsillos, telas de neón y vestidos que camuflaban lo incamuflable con esas telas transparentes, todo mezclado con joyería nativa americana.
Los accesorios se empequeñecieron esta vez, quizás la crisis, además, se vino una sarta de colgajos en las mochilas y carteras, como borlas y colas de piel, además de parches…solo falto el arco y las flechas para terminar.
Fotos: style