La 61ª entrega de los Premios Emmy no tuvo grandes sobresaltos. La crítica recesión de los Estados Unidos pareciera inspirar mesura en las celebridades de Hollywood, quienes, en esta oportunidad, protagonizaron una de las alfombras rojas más conservadoras de los últimos tiempos.
Lo cierto es que la pasada celebración careció del glamour y la extravagancia habituales, dando paso a un auditorio sobrio y homogéneo.
Sin embargo, no faltaron las estrellas que tomaron el camino equivocado y lucieron atuendos poco felices.
Una de ellas fue Kristen Wiig, nominada como Mejor Actriz Cómica de Reparto por su trabajo en Saturday Night Live. Desde su desatendido tocado hasta las innecesarias mangas transparentes, su look fue el más desacertado de la velada.
Christina Applegate, cuya serie Samantha Who? fue recientemente cancelada, tampoco hizo justicia a Basil Soda, con un modelo desajustado a su silueta.
Kyra Sedwick, esposa de Kevin Bacon y nominada como Mejor Actriz Protagónica por su labor en la serie dramática The Closer, escogió un anticuado vestido de L’Wren Scott cuyo color, apliques florales y moños no la favorecieron.
La modelo y actriz Padma Lakshmi, conductora del ciclo Top Chef, también sorprendió a la audiencia por su extraña elección: un vestido violeta de Bladgley Mischka, con un olvidable ramillete rojo al costado.
La hilarante Sarah Silverman, nominada como Mejor Actriz Protagónica por su serie The Sarah Silverman Program, decidió reírse de sí misma en Twitter, donde comentó: “¿Por qué nadie me detuvo? Por esto odio el elegantismo. No soy buena para eso, ok?”. Sin embargo, supo redimirse en vivo, con un tupido bigote masculino.