Luego de la gran repercusión que obtuvo la presentación de la diseñadora alemana Dorothee Schumacher, la Semana de la Moda de Berlín dio paso a un show de extravagancias y exotismo de la mano de la sudafricana Black Coffee y del diseñador argentino Pablo Ramírez.
Con el propósito de enriquecer el segmento de Mercedes Benz, se destacó la importancia de atraer a las casas de moda más eclécticas del mundo para fomentar el intercambio cultural.
Inspirado por Chanel, Pablo Ramírez trabaja con una paleta de colores binaria de tonalidades blancas y negras. En esta oportunidad, su colección incluyó recatados vestidos de corte religioso, amplias capas oscuras, pantalones de cintura alta y chaquetas cortas.
Por su parte, el dúo conformado por Jacques van der Watt y Danica Lepen introdujo vivaces colores a la pasarela alemana. Buscando inspiración en el pasado, lograron fusionar la estética del África colonial, al utilizar grandes cascos y tules, con modernos estampados y exquisita moldería. Túnicas y tocados bordados se combinaron con ampulosas faldas de seda.
Si bien la sastrería de ambas firmas excedía los límites del ready-to-wear, los diseñadores presentaron colecciones singulares que superaron las expectativas de reporteros especializados y fashionistas, logrando así una merecida ovación del público.