En Estás de moda solemos hablar de ropa y complementos, diseñadores y marcas, pero también en alguna ocasión nos gusta hacer referencia a los consejos de belleza en general, hemos hablado de como conseguir una bonita figura, como arreglar las uñas con manicura francesa, como conseguir una mirada intensa, en particular como pintar la raya del ojo e incluso hemos debatido pros y contras de la depilación láser, hoy le toca el turno a la sonrisa, vaya, a los dientes, que tod@s l@s famos@s los tienen blanquísimos y superperfectos y el resto también queremos saber cual es el secreto porque no queremos ser menos.
Sin duda el cuidado de nuestra boca es fundamental por una cuestión de salud, contar con una buena dentadura es imprescindible para nosotros durante toda la vida, básicamente porque nos permite comer y eso ya no es poco, también es importante el aspecto estético, si no tenemos dientes la cara y la boca se deforman y si los tenemos pero sucios o deteriorados, eso supone una imagen desagradable para la gente que habla con nosotros (ya no hablemos de besar…) y para nosotros cuando nos vemos en el espejo, así que no debemos descuidar la higiene bucal y dental y las visitas periódicas al dentista para revisión, la idea es mantener la dentadura sana siempre, no esperar a que la cosa ya tenga difícil arreglo, es mucho más fácil cuidar poco a poco que tener que afrontar a la larga tratamientos drásticos.
Ahora bien, ¿donde está el límite de lo que es necesario y bueno para nosotros y lo que es excesivo y puede tener incluso efectos secundarios negativos? Los tratamientos de blanqueamiento dental pueden provocar efectos de hipersensibilidad dental y deterioro de las encias, los productos químicos utilizados son agresivos, por eso decoloran y por lo tanto tienen pros y contras, algunos dentistas desaconsejan ese tipo de tratamientos, la cuestión es que si deseamos hacerlo deberemos acudir a los mejores especialistas y pagar un precio elevado, no debemos fiarnos de tratamientos baratos que prometen milagros que no sólo no se llegan a cumplir, sino que pueden tener consecuencias negativas.
Aún hay opciones más sofisticadas como el brillante dental, hay a quien le gusta colocar un diamante, aunténtico o falso en una de sus piezas dentales, parece ser que al sonreir el brillo que produce es curioso… pero yo casi lo pondría pegado por fuera y no incrustado, por si en algún momento deja de gustar o de estar de moda.
Una cosa más, por si no podeis o no os decidís a optar por ninguno tratamiento, aún os queda una opción para algunos casos, me explico, si quereis dejar constancia de una blanca dentadura en un evento importante de vuestra vida o simplemente porque si, la fotografía digital os lo pone bien fácil, con un programa como por ejemplo Microsoft digital image pro 10, podemos convertir unos dientes amarillos en otros totalmente blancos en un abrir y cerrar de ojos.
En la imagen superior, la aplicación informática correspondiente, en las inferiores un antes real y un después virtual, es muy sencillo, sólo hay que seleccionar la zona de la dentadura y modificar el tono del color.